miércoles, 1 de febrero de 2017

Bote de la calma

Hacía muchísimo tiempo que tenía ganas de hacer un bote de la calma. Pero entre unas cosas y otras nunca veía el momento de ponerme con él. Hasta que hace unos días tuvimos que hacer un rincón de la Paz para el cole y se me ocurrió que un gran recurso para añadir a la mesa podría ser este bote.


¿Pero, qué es el bote de la calma?
Pues un recipiente lleno de agua y purpurina, entre otras cosas que, al agitarlo ves la purpurina moverse de un lado para otro,primero frenéticamente y después poco a poco va bajando el ritmo e intensidad hasta que vuelve reposada al fondo del bote.

Nos sirve para representar las emociones que muchas veces invaden a los niños y que no saben cómo gestionar. Gracias a este recurso poco a poco consiguen calmarse y tranquilizarse así que nos sirve como elemento para potenciar la atención y concentración al tiempo que se relajan. A mí me encanta cómo lo explica yaiyoga en su blog.

¿Qué materiales necesitamos para elaborar nuestro bote de la calma?
Hay varias maneras de hacerlo pero aquí os pongo cómo lo hice yo. Vamos a necesitar:

- Bote de plástico
- Pegamento líquido transparente
- Colorante
- Purpurina
- Glicerina
- Agua caliente


Lo primero que hice fue llenar un tercio del bote con agua caliente, echar un chorro de pegamento (las medidas fueron totalmente a ojo) y remover. A continuación eché el colorante azul y amarillo para formar el color verde.

Luego purpurina al gusto ( el mío ración doble de purpurina,por favor!!jejeje). Y le añadimos la glicerina que es lo que hará que la purpurina se mueva de forma más lenta (de ésta un buen chorretón también). Luego sólo nos queda añadir agua hasta casi llenarlo ¡y listo!


Nosotros lo trabajamos a partir del cuento del Monstruo de colores, de ahí que pusiera el color verde para el bote. En otra entrada os tengo que enseñar el resultado del rincón de la paz, ¡que no tiene desperdicio!

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