Necesitaremos:
- 2 tazas de harina
- 1 taza de sal
- 1 taza de agua
- 4 cucharadas de aceite (de oliva o girasol)
- 4 cucharadas de bicarbonato
- colorante alimentario
En un bol mezclamos la harina, la sal, el bicarbonato, el aceite y vamos añadiendo poco a poco el agua.
Tenemos que amasar y mezclar bien, hasta que no se nos pegue a las manos. Para mayor comodidad, espolvorear la mesa de harina y amasar ahí la mezcla. Si después de amasar bien se nos sigue pegando a las manos podemos ir tanteando y añadiendo poco a poco más harina e ir amasando hasta conseguir que quede bien.
Una vez que tenemos la masa, la dividimos en tantos trozos como colores queramos ( en mi caso la dividí en tres trozos), les hacemos un agujerito con el dedo en el medio y ahí añadimos unas gotas del colorante y mezclamos muy bien. A mí me costó bastante que tomaran color y tuve que usar bastante colorante y amasar durante un buen rato. Además al añadir las gotas de colorante se me empezaba a pegar a las manos así que iba cogiendo un poquito de harina y mezclandola bien hasta que conseguí la textura adecuada.
Si nos ayudan los niños a elaborarla es recomendable usar mandilones e incluso guantes si llegan a manipular el colorante, ya que tiñe bastante las manos y se quita bastante mal.
Ahora solo queda envasarla y lista para usar. La verdad que es una "plastilina" inocua ya que como veis todos los ingredientes son naturales, eso sí, creo que si los niños se la llegan a meter en la boca, acto seguido la escupirán, ¡porque sabe a pura sal!Así que pueden jugar con ella tranquilos,además queda muy blandita y es muy manipulable.
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